lunes, 25 de julio de 2011

El imperio se tambalea



El imperio desfallece.


Las decisiones fundamentales para crear la globalización neo-liberal que desembocaron en la crisis mundial actual, se originaron en la que en su momento se llamó Comisión Tri-lateral. Miremos antecedentes.


En julio de 1973 el Chase Manhattan Bank logró que fuera presentada la comisión; un organismo privado cuyo ideólogo principal fue Zbigniew Brzezinski, al que pronto se sumó Henry KissingerBrzezinski se refirió a la novísima comisión como el conjunto de potencias financieras e intelectuales mayor que el mundo haya conocido nunca. Estaban ahí los más grandes productores mundiales de petróleo, acero, automóviles y radio-televisión y los principales grupos financieros del planeta como miembros activos.

Con el tiempo y las nuevas incorporaciones, la concentración de grandes firmas en la comisión iría a más. Sus propósitos crecieron: la distribución global del poder y las perspectivas y asuntos claves de la Comisión Trilateral

La Comisión se articuló atendiendo a las tres regiones hiperdesarrolladas del globo para las que había sido concebida; América del Norte (Estados Unidos y Canadá), Europa y Japón.

La idea según la cual los estados nacionales deben renunciar a su soberanía en aras de un proyecto supranacional, controlado e instrumentalizado por los cónclaves plutocrático-tecnocráticos, aparecía ya esbozada en un comunicado emitido por el comité directivo de la trilateral a raíz de la cumbre de 1975: La Comisión Trilateral espera que, como feliz resultado de la conferencia, todos los gobiernos participantes pondrán las necesidades de interdependencia por encima de los ¿? intereses nacionales o regionales". Como siempre queriendo entronizar al opresor y manipulador Estados Unidos.

Las manifestaciones en ese mismo sentido se sucedieron como algo habitual; así, en una entrevista publicada por The New York Times (1/8/76), Brzezinski afirmaba que en nuestros días, el Estado-Nación ha dejado de jugar su papel

El financiero Edmond de Rothschild dijo en la revista EnterpriseLa estructura que debe desaparecer es la nación. 

El trilateralista, R. Gardner, destacaba enForeign AffairsLos diversos fracasos internacionalistas acaecidos desde 1945, a pesar de los esfuerzos llevados a cabo por las distintas instituciones de reclutamiento mundial, requerían como refuerzo la creación de instituciones adaptadas a cada asunto y de reclutamiento muy seleccionado, al objeto de tratar caso por caso los problemas específicos y corroer así, trozo a trozo, las soberanías nacionales. El poder y la prepotencia a la luz del día.

David Rockefeller, cabeza oficial de la trilateralexpresaba sin ambages: De lo que se trata es de sustituir la autodeterminación nacional que se ha practicado durante siglos en el pasado por la soberanía de una élite de técnicos y de financieros mundiales.

La Conferencia de Davos de 1971 ya había concluido: En los próximos 30 años, alrededor de 300 multinacionales geocéntricas regularán a escala mundial el mercado de los productos de consumo, y no subsistirán mas que algunas pequeñas firmas para abastecer mercados marginales. El objetivo deberá alcanzarse en dos etapas: primeramente, diversas firmas y entidades bancarias se reagruparán en el marco multinacional; después, hacia finales de la década, esas multinacionales se acoplarán al objeto de controlar, cada una en su especialidad, el mercado mundial.

Los planes del poder mundial avanzaron, pero fueron topándose con molestos sucesos inesperados. Apareció China, y sobre todo de la chistera emergió el endriago de la crisis financiera provocada por los tahúres del sistema financiero, lo que demostró cabalmente a ese ahora viejo poder mundial, que se pensaba absoluto, que desconocía absolutamente las consecuencias efectivas de todo lo que creían tener bajo control.

Nathan Gardels, director de Global Viewpoint Network/TribuneMedia y de New Perspectives Quarterly, ha distribuido profusamente un texto sobre el reciente encuentro de Henry Kissinger con el principal think-tank chino sobre globalización. De acuerdo con GardelsKisssinger comparó la China de hoy con el Estados Unidos de 1947. Después de las guerras napoleónicas, observó Kissinger, Gran Bretaña se convirtió en la mayor potencia mundial, y lo fue durante más de un siglo; sin embargo, en 1947, Ernest Bevin, ministro de Exteriores en el ocaso del imperio, se sintió obligado a decirle a su homólogo estadunidenseEstados Unidos es el primer acreedor mundial y, como tal, debe tomar la iniciativa a la hora de crear el nuevo orden. A partir de ahí, se sucedieron el Plan Marshall puesto en marcha por los estadunidenses para la reconstrucción tras la guerra, el papel dominante del dólar y el ascenso de EU durante el resto del siglo XX.

Hoy, China es el mayor acreedor y está donde estaba Estados Unidos en 1947, a las puertas de un nuevo orden mundial. Kissinger aseguró a sus anfitriones que, aunque esta transición de un sistema a otro tardará probablemente 30 años en completarse, el papel de China crecerá sin cesar, porque está obligada, por su propio interés, a dar forma a un sistema mundial que se ha alejado del polo del Atlántico Nortepara aproximarse al país asiático y las economías emergentes.

En realidad, allá abajo, en los abisales de la economía mundial, el desfallecimiento del imperio greengo había empezado cuando la trilateral hacia sus planes y cae antes de lo calculado, ya por sus auto-crímenes como el  del 9-11 y sus guerras fabricadas para robar petróleo y saquear.

Kissinger pide ahora la colaboración a China, pero en el futuro cercano de este país está el surgimiento del ciudadano chino con todos los amargos conflictos y la agitación social que ello conllevará. ¿Podrá China en esas condiciones ser la cabeza principal de un nuevo poder multipolar?

Algo más, el declive de Estados Unidos se debe también a la desilusión de las altas expectativas generadas por la elección de Obama, quien no creó el problema (la molestia respecto de la política y manipulación que por décadas ha creado Estados Unidos), sino que creó las expectativas de que el problema que crearon por tantas décadas sería resuelto, lo cual no ha sucedido debido a la férrea oposición republicana.

A mi juicio, además de lo ya  explicado , el verdadero problema de Obama también es porque padece ya el síndrome de Estocolmo, al haberse dejado secuestrar por el "financierismo sionista jázaro", para acabar ahora identificándose patéticamente con sus raptores desde WallStreet hasta Israel.

Conclusión: El preocupante resultado ACTUAL de Estados Unidos además de ser por el kharma que  se han ganado ellos, por tantas décadas de asesinatos y corrupción  creados en el mundo, es también por  permitir flagrantemente ser secuestrado por el poderoso cabildeo sionista, que manipula el dinero mundial criminalmente e inmisericorde y por el eje tríptico Hollywood-Wall Street-Multimedia, que a su vez controla a su pusilánime Congreso– .
De allí que no haya que asombrarse de la forma inteligente en la que China ocupa los espacios que abandona absurdamente Estados Unidos (cuando no es sacada a patadas por sus múltiples invasiones militares)..

Los hacedores de la economía de Estados Unidos se deben preguntar si vale la pena su radical e inhumano "israelocentrismo", equivalente a un suicidio crónico, que le está impulsando a la crisis que actualmente se le viene encima.

¿Cuándo despertará Estados Unidos de su parálisis mental para adoptar una política económica más multipolar, más humana, más espiritual, es decir, más plural y también universal, como la que buscan practicar lo más  acertadamente hoy los BRICS (Brasil, Rusia, India, China ySudáfrica)?.
     RRRP.

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