lunes, 10 de mayo de 2010

MASA

Al fin de la batalla,
y muerto el combatiente, vino hacia él un hombre
Y le dijo: «No mueras, te amo tanto
Pero el cadáver ¡ay! Siguió muriendo.
Se le acercaron dos y repitiéronle:
«No nos dejes! ¡Valor! ¡Vuelve a la vida!»
Pero el cadáver ¡ay! Siguió muriendo.
Acudieron a él veinte, cien, mil, quinientos mil,
clamando: «Tanto amor, y no poder nada contra la muerte!»
Pero el cadáver ¡ay! Siguió muriendo.
Le rodearon millones de individuos,
Con un ruego común: «¡Quédate hermano!»
Pero el cadáver ¡ay! Siguió muriendo.
Entonces, todos los hombres de la Tierra
Le rodearon; les vió el cadáver triste, emocionado;
incorporose lentamente,
si Abrazó al primer hombre; echóse a andar

(César Vallejo)

(César Vallejo junto a su compañera en 1929)